No saben cuánto he tratado de aguantar para no recurrir a mi blog otra vez como vertedero emocional, como recurso catártico, pero no - puedo- evitarlo.
Mi vida ha dado un giro feliz, pero tremendo. Tengo bastantes más responsabilidades, cosas miles por hacer más las que se acumulen, pero, la pregunta de los tres mil millones de dólares es: cómo compaginar todo? Cómo sobrevivir a las ligas mayores sin morir en el intento?
Hace casi un mes, conocí a una profesora, doctoradísima en comunicación, misma a la que uno de mis compañeros gay nombró barbie intelectual. Es la clase de persona que me despierta una curiosidad enorme porque emana tanta paz, tanta congruencia, y al mismo tiempo calidez, que es evidente que su vida está en perfecto balance (amén de lo sana que luce). Me gustaría preguntarle a dónde va a surtirse de equilibrio, que siempre encuentra.
El café y la nicotina han vuelto a ser parte de mis insumos cotidianos. Aunque no tengo ya tiempo para ir a correr, mis actividades me exigen mucho físicamente y eso lo compensa. Me levanto temprano, salgo corriendo, enfoco toda mi energía en la actividad neuronal, luego veo a mi novia, llego a casa, convivo un poco con la familia, ceno, y después me la paso frente a la computadora trabajando. Duermo poco y a comenzar de nuevo. Soy adicta al trabajo???? Me aterra pensar que eso puede ser verdad. No logro frenar mi ritmo. Aunque creo que tampoco puedo hacerlo. Es un maldito círculo vicioso!!!
Pero lo peor de todo esto es mi racionalidad. Hoy me di cuenta de la triste realidad de mi vida: I'm a fucking scientist!! Y eso, al parecer, me vuelve más fría de lo que debería. El caso es, que mi última canción de azote amoroso me va como anillo al dedo.
Me pregunto si alguien puede entenderme...
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