A partir del 13 de enero del presente año, la barra matutina de Alfa Radio 91.3 se transformó radicalmente: Toño Esquinca, conocido por su trabajo previo en Mix FM, tomó posesión de la barra matutina con todo y su ya muy paseada "muchedumbre".
Previamente, las horas más tempranas del día eran amenizadas en dicha emisora por Idzi Dutkiewicz, quien había creado un programa de entretenimiento e información completo y divertido: La Carambola. Idzi había logrado conformar un pequeño pero eficiente equipo de trabajo, que, desde mi punto de vista, satisfacía las necesidades de los adolescentes y jóvenes adultos que lo sintonizaban. Personalmente, me era muy agradable escuchar su selección musical, notas y secciones cada mañana mientras iba a correr. Me gustaba particularmente escuchar uno de los promos en que el equipo, incluído el operador, se presentaba estilo banda de rock: un detalle sencillo pero funcional y original.
Pues bien... ya no más. Ahora, a causa de la mente errada de Diosabequien, Esquinca se encuentra no sólo ocupando el horario que tenía Idzi (de 6 a 10 am), sino que prolonga su estancia hasta la 1 pm. No pretendo decir que Toño sea un mal locutor, en lo absoluto. Me parece que su trabajo en Mix fue bastante respetable, ya que con él logró hacerse de una audiencia cuantiosa. Pero no considero que la de Alfa sea la suya. Alfa es sintonizada por adolescentes, jóvenes adultos y adultos que buscan música pop, algo retro (pero no más allá del '90) y, de cuando en cuando, un poco de música electrónica. Quienes escuchan Alfa no quieren saber la historia de cómo es que un águila llega a vivir 30 años más si, a los 40, decide safarse el pico estrellándose contra una pared para que le crezca uno nuevo. No necesitan escuchar la frase más bella del día, ni el recurridísimo efecto sonoro de gente riendo, quejándose, lamentándose, etc., hasta el cansancio. Toño Esquinca y su muchedumbre enfrentarán un reto para poder colocarse en el gusto de los radioescuchas de Alfa Radio.
Con la salida de Dutkiewicz, además, termina toda una era de excelentes locutores en Alfa. Ha quedado atrás la época que iniciaron locutor@s como Elisa Alanís, hoy titular del noticiario nocturno de PCTV, quien en los lejanos 90 y algo, cuando apenas empezábamos a escuchar hablar sobre DJ's, tenía ya una sección de música electrónica con lo que empezaba a ser éxito en Estados Unidos y Europa. No más secciones genialmente complicadas, como la de "Spanish for Gringos" que Alfonso de Anda armaba jugando con vocablos ingleses enseñando a un gringo a hablar español. No más programaciones musicales interesantes, bien diseñadas, como las hechas por Luisa Carrandi (locutora fundadora), Rocío Córdoba o Enrique Aguilera (q.e.p.d). Dukiewicz fue el último de una generación de locutores que, para empezar, hacían bien el trabajo de voz (no eran niñitos fresas que estaban ahí porque sonaban a teenagers), sabían cómo llegar a la audiencia y, sobretodo, cómo satisfacerla para mantenerla en sintonía.
Es una pena que Alfa caiga en esta nueva y horrorosa corriente de hacer de la radio un foco emisor de "sabiduría" barata: la barra otorgada a Esquinca está planteada para ser una competencia directa a "El Comunicador", Mariano Osorio, que como un cáncer ha crecido en rating a base de historias sentimentaloides y estúpidas, historias que son lanzadas en CD y mágicamente difundidas después en el honorable Sistema de Transporte Colectivo Metro, gracias al eficaz trabajo de la piratería. Es una pena que la radio contemporánea se enfoque en alimentar la idea errónea de que a través de tramas estilo "La mamá más mala del mundo" la gente reflexionará sobre su conducta y relaciones interpersonales de manera efectiva. Es una pena que Alfa caiga en tan tremenda decadencia, y es peor aún... el que la gente lo acepte.